Te propongo un pequeño ejercicio, responder a las siguientes afirmaciones, referidas a un día habitual de trabajo, siendo
1= No describe mi situación para nada
3= Describe mi situación hasta cierto punto
5= Me describe totalmente
Al llegar a casa me olvido del trabajo | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
Al llegar a casa no pienso en trabajo para nada | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
Soy capaz de distanciarme (mentalmente) de mi trabajo | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
Tomo “breaks” (descansos) de mis demandas laborales | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
Si la media de tus respuestas es entre 1 y 2.9: Estás en riesgo de estrés. De sobrecarga de información y de agote psicológico.
Esta situación puede resultar en:
Falta de sueño reparador, es decir, que te cueste dormir bien entre 6 y 7,30 horas por la noche
Agotamiento habitual
Irritabilidad y respuestas desproporcionadas
Dificultad de concentración tanto cuando estás en el trabajo como cuando estás en casa.
Falta de flexibilidad para asumir nuevos retos, y cambios de planes
Poca creatividad
Pero esto no es un problema que tenga porque subsistir en el tiempo… ¡Hay algunas cosas que puedes hacer para evitarlo!
No chequees el mail fuera de horario laboral (deja claro en qué horas no vas a poder contestar a lo que te pidan desde el trabajo)
Busca modos de “conectar” con otras tareas: amigos, familiares, grupos sociales de tu interés. Y oblígate a participar en sus actividades de modo que tengas que poner todo tu interés y esfuerzo en atender a lo que allí se está haciendo (deporte, conversaciones, canto coral, …)
Bloquea en tu agenda tiempo para actividades sociales/familiares que te den una “excusa” para tener que dejar el trabajo a una hora razonable, para decir que no a propuestas “que surgen”, etc.
Si la media de tus respuestas es entre 3 y 4: ¡Alégrate! ¡No estás tan mal! Aun así, la falta de desconexión puede en algún caso desembocar en algunos de los síntomas anteriores. Así, que no bajes la guardia. Sigue asegurando ese tiempo de calidad fuera del trabajo. Sigue encontrando tiempos en los que disfrutes y de repente te des cuenta de que te has olvidao del móvil. Del mail. De tus problemas laborales.
Si la media de tus respuestas es entre 4.1 y 5: Eres un campeón de la desconexión. Felicidades. Haces muy bien en desconectar.
Dos preguntas:
PRIMERA: ¿Puede que tu trabajo no te guste y por eso desconectas hasta ese nivel? Si esto fuese cierto…entonces “Houston: tenemos un problema” Hay que buscar solución, pero eso es harina de otro costal…
Si la respuesta a lo anterior es que te encanta tu trabajo, entonces viene la SEGUNDA pregunta: ¿Puedes compartir con nosotros tus trucos?
Trabajo y vida deben estar integrados. La persona es una…y sus identidades conforman un calidoscopio que puede tomar distintas formas y colores extraordinarios… pero esas formas deben tener unas fronteras…sino acabamos con una masa informe de color indefinido. Y eso…¡conlleva problemas! Animo con tu proyecto de vida… y seguimos…